El tesoro de Harlín

Era un día de sol. Lucas tenía la tarde libre y muchas ganas de jugar a la pelota. Cuando se juntaron los amigos, de un remate al arco la pelota se fue por arriba del travesaño rompiendo la ventana del vecino y cuando estaban yendo hacia la entrada, sale un viejo maniático con un rifle diciéndoles que salgan de su territorio si no los mataba. A la noche volvieron al lugar donde perdieron la pelota a ver si la podían recuperar, miraron por la ventana y vieron una montaña de juguetes. Volvieron a sus casas a buscar carretillas para sacar los juguetes, trabajaron toda la noche sacándolos pero no encontraron la pelota y el hombre se despertó y los chicos se escondieron, cuando vieron al señor con cosas para castigar a los chicos como el hombre no vio a nadie se volvió a la cama y los chicos se volvieron a sus casas por si se volvía a despertar el dueño de la casa.
Al otro día volvieron cuando el señor se fue a cobrar la jubilación. Los chicos entraron para buscar la pelota; empezaron por la pieza, al entrar uno los tira para atrás advirtiéndoles que hay trampas, entonces pasaron sigilosamente y trasladaron el oro al sótano de su casa y cuando querían plata agarraban de ahí.
Finalmente los amigos se des pidieron del grupo y volvieron a su casa, luego de prometerse que guardarían el secreto para siempre.

Autores: Gonzalo Iglesias, Fausto Gurrieri y Agustín Herrera